Sostener la difícil responsabilidad de elaborar y publicar los índices
de precios al consumidor, de fortalecer el marco geo-estadístico, además de elaborar
y mantener actualizado la cantidad de viviendas en nuestro país responde a una
tarea de planeación y ejecución muy extensa, en la que todos los participantes deben
de sumar voluntades que produzcan cifras concretas, pero sobretodo reales.
La tarea del Instituto Nacional de Estadística y Geografía desde su creación
el 25 de enero de 1983 ha estado ligada precisamente a estos fines, y sus
resultados –sobretodo cuantitativos– han sabido satisfacer la necesidad de
información y estadística para las y los mexicanos interesados.
Hoy por hoy, la información que brinda el INEGI ha servido en la toma
de decisiones políticas, jurídicas, empresariales, académicas y/o de
investigación y ha generado un marco de referencia muy amplio para captar,
procesar y difundir la información acerca del territorio, la población y la
economía mexicana.
De la misma forma, uno de los objetivos más profundos del INEGI es
lograr que la información proporcionada a la sociedad y al Estado, tenga
validez en el tiempo (pertinencia), proporcione una semejanza con la realidad (veracidad)
y sobretodo cumpla con las exigencias coyunturales (oportunidad). Para tales
efectos, sus atribuciones más directas según la normatividad son; producir
información estadística y geográfica, prestar el servicio público de información,
promover el conocimiento y uso de la información y conservar los datos que se ha
proporcionado.
Siendo uno de los principios rectores y de cumplimiento estricto la
protección de datos personales y la conservación de la información, es menester
mencionar la posibilidad de cualquier ciudadano interesado para acceder a la información de forma
gratuita a través del Servicio Público de Información del INEGI, pues los datos
se integran en distintos subsistemas o temáticas para su organización y que
considero importante exponer; el subsistema
nacional de información económica que proporciona estadísticas sobre ciencia
y tecnología, información financiera, precios y el trabajo. El subsistema nacional demográfico y social que
brinda información sobre la población y dinámica demográfica, salud, educación,
empleo, vivienda, distribución del ingreso y pobreza. El subsistema nacional de información de gobierno,
seguridad pública e impartición de justicia. En el ámbito geográfico
proporciona datos sobre límites costeros, a nivel municipal, estatal e incluso internacional,
datos de relieve continental, insular y submarino, datos catastrales,
topográficos, de recursos naturales y clima, así como en el tema medioambiental
sobre agua, suelo, flora, fauna, atmósfera, entre muchos otros indicadores de
interés general que en función de su mutabilidad están constantemente
actualizados.
La
información estadística y geográfica que ha producido –y seguirá produciendo– este
importante organismo ha contribuido a establecer una planeación a corto,
mediano y largo plazo, que procure el desarrollo en todas las esferas y además
que permita a las autoridades y representantes evaluar los resultados bajo un
apego estricto a la información que incentive la toma de decisiones.
La
importancia de esta información está también ligada al fomento de investigaciones
académicas realizadas en instituciones de educación superior y medio superior que
puedan incursionar en el entendimiento de los fenómenos sociales, políticos,
económicos y culturales del país y su relación con otros factores.
Los
fines más últimos de esta organización responden a las necesidades inherentes
de los seres humanos para abstraer información de cualquier tipo, y cuya
exigencia va cambiando al pasar de los años. En la actualidad, la sociedad
mexicana apremia de nuevos y adecuados conocimientos, lo que hace 10 años la
población mexicana solicitaba, hoy probablemente no le sea requerido, debemos
entender entonces la naturaleza del INEGI como una institución autónoma, en
constante cambio y que responde al devenir histórico de la sociedad.
No
sería legítimo comentar que el INEGI ha incumplido con las exigencias de los
mexicanos en cada momento histórico, mi tarea consiste en reconocer la labor y
el sentido siempre oportuno del organismo para conservar informada a la
ciudadanía, y enaltecer los grandes momentos en los que la información brindada
a facilitado la labor institucional y ha generado un marco de referencia para
su posterior consulta de servidores públicos, estudiantes, investigadores,
empresarios, etc.
El futuro de este organismo es prominente y existen en su planeación
interinstitucional proyectos para fortalecer las estadísticas medioambientales
y los avances –o los retrocesos–en materia de equidad de género, igualmente, el
organismo está considerando los mecanismos necesarios para hacer más exactas
las estadísticas agropecuarias y sea posible establecer censos en cada uno de
los campos agrícolas, a efecto de recopilar información pertinente y brindar un
panorama sobre la situación de las actividades primarias en nuestro país.
El INEGI, ha considerado la oportunidad –como lo ha venido haciendo
por más de 30 años– de contribuir al desarrollo del país mediante la captación,
procesamiento y difusión de la información al buscar modernizar el catastro
rural y urbana e incluir las zonas de alto riesgo para la prevención de
desastres.
Una tarea necesaria que se le avecina a este tan importante organismo es
la implementación de acciones conjuntas con el Consejo Nacional de Evaluación
de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) para establecer una sinergia con
las estructuras, y fortalecer los lazos cooperativos que procuren un
intercambio de información, mejoren la movilidad y mantengan actualizado los datos
sobre temas como la pobreza, el índice de bienestar social, los niveles de
marginación y la evaluación a los programas y políticas en materia de Desarrollo
Social.
Porque lo que no se pueda medir, no se pueda mejorar y mientras contemos
desafortunadamente con 53.3 millones de personas en pobreza, 7.4 millones de mexicanos en
pobreza alimenticia, 19.2% de personas en rezago educativo, 6.9% de mexicanos sin
saber leer ni escribir, 13% de personas
con estudios de educación superior, cerca de 8 millones de ninis y 120 mil duranguenses en situación precaria, la exigencia
para quien dirige las decisiones gubernamentales residirá en orientar las
correctas políticas públicas, establecer los medios legales y emprender las
acciones suficientes para mitigar tales indicadores –nada satisfactorios– y en
la que después de tanta información, los que dispongan la frialdad de los números
sea en lo más intrínseco, el bienestar de las familias.
Ever Sánchez Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario